jueves, 5 de agosto de 2010

NUESTRA RIQUEZA ES EL PRESENTE.

Evangelio según San Lucas 12,32-48.
No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. 
Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. 
Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón. 
Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. 
Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. 
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo. 
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así! 
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. 
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada". 
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?". 
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? 
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! 
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. 
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. 
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. 
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más. 

comentario

El que está siempre listo y el que está siempre alerta, es quien sabe vivir su presente plenamente.  No podemos pensar en que mañana estaremos listos, ya que el futuro es un tiempo del que todavía no podemos disponer y no sabemos si llegará. El presente es el único tiempo que poseemos en nuestras manos.  El pasado ya ha pasado, el futuro no sabemos si llegará.  NUESTRA RIQUEZA ES EL PRESENTE. 

El presente es nuestra única ocasión para vivir de verdad e introducir desde ahora nuestra vida terrena en el curso de la vida eterna.

Todos los santos y grandes testigos concuerdan en la importancia del presente.  Viven unidos a Jesús cada momento de su vida, según su ideal encarnado en su ser.  Para Ignacio de Loyola es "A mayor gloria de Dios"; para Isabel de la Trinidad, “Para alabanza de la gloria”; Para Juan Bosco “Concédeme almas”; para Madre Teresa es “Misericordia”; para Raoul Follereau es “Jesús en los leprosos”; para Jean Vanier, “Jesús en los disminuidos psíquicos”…

       Personificando en el momento presente su ideal, los santos viven una vida que se realiza en su esencia.     

“Mi vida es un instante, una efímera hora, un momento que se evade y huye veloz.  Tú sabes, Dios mío, que para amarte en la tierra sólo tengo este día” (Teres de Lisieux)
      
¿Cuál es tu tesoro? ¿En donde tienes puesto tu corazón? ¿Cómo estás viviendo tu presente?
       Preguntas importantes a poder responder con sinceridad…

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