miércoles, 21 de julio de 2010

LA ORACIÓN COMO ESCUELA DE ESPERANZA

Evangelio Según San Lucas 11, 1-13
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».  

El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación».

Jesús agregó: «Supongamos que algunos de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos".

Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.

Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan».





COMENTARIO: LA ORACIÓN COMO ESCUELA DE ESPERANZA
      
     Un lugar primero y esencial de aprendizaje de la esperanza es la oración. Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios.

Agustín ilustró de forma muy bella la relación íntima entre oración y esperanza en una homilía sobre la Primera Carta de San Juan. Él define la oración como un ejercicio del deseo. El hombre ha sido creado para una gran realidad, para Dios mismo, para ser colmado por Él. Pero su corazón es demasiado pequeño para la gran realidad que se le entrega…

Después usa una imagen muy bella para describir este proceso de ensanchamiento y preparación del corazón humano. « Imagínate que Dios quiere llenarte de miel [símbolo de la ternura y la bondad de Dios]; si estás lleno de vinagre, ¿dónde pondrás la miel? » El vaso, es decir el corazón, tiene que ser antes ensanchado y luego purificado: liberado del vinagre y de su sabor. Eso requiere esfuerzo, es doloroso, pero sólo así se logra la capacitación para lo que estamos destinados. Aunque Agustín habla directamente sólo de la receptividad para con Dios, se ve claramente que con este esfuerzo por liberarse del vinagre y de su sabor, el hombre no sólo se hace libre para Dios, sino que se abre también a los demás. En efecto, sólo convirtiéndonos en hijos de Dios podemos estar con nuestro Padre común. Rezar no significa salir de la historia y retirarse en el rincón privado de la propia felicidad. El modo apropiado de orar es un proceso de purificación interior que nos hace capaces para Dios y, precisamente por eso,capaces también para los demás.  (Spe Salvi 32-33)


miércoles, 14 de julio de 2010

¿Qué has elegido tú?

Evangelio según San Lucas 10,38-42. 

Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.  Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". 
Pero el Señor le respondió:
"Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, 
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
 


COMENTARIO
Es importante iniciar con esta pregunta: ¿Qué has elegido tú?
Por qué comenzar así… porque es la clave de todo.  En el evangelio, Jesús ha decidido pasar a visitar a Marta y a María.  Él decidió pasar por sus vidas, tener un encuentro con ellas.  Y cuál fue la elección de cada una…

·         María eligió lo más importante, lo que nadie le quitará.  Que fue eso: decidió tener un encuentro con Jesús; ella quiso hacer un alto en su vida y sentarse junto a Él a escucharlo.  Ella sabía que era una oportunidad que no podía desaprovechar, ya que Jesús había llegado a visitarla!!!  Creo que era una oportunidad que no podía desaprovechar. 
·         Marta eligió seguir con su vida normal, no detenerse, no sentarse a escuchar a Jesús.  Con esto, no me refiero a que lo que hacía Marta no era importante, me refiero a que no era el momento.  Hay un momento para todo en la vida y es por eso que es importante saber elegir!!!

Es por eso que iniciaba preguntándote: ¿Qué has elegido tú? Ya que dependiendo de lo que hayas elegido, así será tu vida.  El que ha optado por escuchar a Jesús, para luego ponerse a trabajar, a servir y a vivir; es aquel que se ha quedado con lo más importante, con lo que NADIE LE PUEDE QUITAR.   El encuentro con Jesús es lo que hace al cristiano, es lo que lo va asemejándose a Él (Cristo) y no otra cosa.  Es por eso que debemos preguntarnos… QUÉ HE ELEGIDO YO… CUÁNTAS VECES HA VENIDO JESÚS A VISITARME Y YO NO LO HE ESCUCHADO…
Cuando tenemos que elegir, sólo una repuesta va a ser la correcta.  Cuál ha sido tu repuesta…


miércoles, 7 de julio de 2010

¡Lo que cuenta es lo que eres en verdad!

Evangelio según San Lucas 10,25-37.

Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?".
Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?".
El le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo".
"Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida".
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?".

Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto.
Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo.
También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino.
Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.
Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.

Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver'.
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?".

"El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera".




COMENTARIO

¡Lo que cuenta es lo que eres e

n verdad!

Hemos venido recorriendo (en los últimos domingos) un camino de decisiones, de ajustes y de orientaciones para irnos convertirnos en verdaderos discípulos de Jesús.

Hoy, Jesús nos va a hacer una gran pregunta y nos va a enviar a ser la respuesta a ésta.

En la parábola del evangelio tenem

os a tres personajes distintos,

  • El primero de ellos (el sacerdote) “lo vio y siguió de largo”.
  • El segundo (el levita) “lo vio y siguió su camino”.
  • Y el último (el samaritano) “lo vio y se conmovió”.

Los primeros personajes eran “hombres de Dios”, ya que los dos eran hombres religiosos y muy probablemente podían venir de regreso de su oficio cultual (de adorar a Dios). Pero al encontrarse con un ser humano que sufre, a su prójimo, decidieron seguir de largo.


El último en pasar por allí, fue el samaritano. Una persona que no era considerada como un “hombre de Dios”, ya que era un hereje, un… Pero él si se detuvo, se CONMOVIÓ al verlo.

Y la pregunta de Jesús: ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones? El verdadero discípulo de Jesús, el verdadero cristiano, no es aquel que va a adorar a Dios al templo y al salir de él, sigue de largo ante su prójimo; o diciéndolo en otras palabras, el cristiano es aquel que sabe que para amar a Dios hay que amar al hermano. ¡EL CRISTIANO ES PRÓXIMO, es cercano, está junto al que lo necesita, es portador del amor de Dios!

Los primeros dos personajes de la parábola, aparentaban ser “hombres de Dios”, pero en el fondo, dejaban de hacer lo más importante: AMAR (dejaron de ser prójimos). Al final, lo único que vale es lo que somos realmente, y lo que somos realmente es lo que hemos o no hemos amado.

El mundo necesita de prójimos, de cristianos capaces de llevar el amor que han recibido de Dios. El Espíritu Santo no sólo nos inunda de amor, sino que también nos capacita para amar. No dejemos que nuestra capacidad más grande se desperdicie, NO PASEMOS DE LARGO EN NUESTRAS VIDAS, SINO QUE DEJEMOS HUELLA POR DONDE PASAMOS y esto será únicamente posible si hemos sido prójimos, si hemos amado de verdad.


¡así que, anda y haZ TÚ lo mismo!

“NADIE PUEDE DECIR QUE AMA A DIOS, SINO AMA A SU HERMANO” (1Jn 4,20).