miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida.

Evangelio según San Lucas 17,5-10.

Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".

El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería.

Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'?

¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'?

¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'".

COMENTARIO

Cuán equivocados están los que piensan que el cristianismo es aceptar un conjunto de verdades, algunas de ellas bastante difíciles de explicar. El cristianismo es, ante todo, una historia, una historia entre un Dios personal y cada uno de los hombres que aceptamos su intervención en nuestra vida. Esta historia sabemos cómo empieza. También sabemos que, por regalo de Dios, va a terminar bien. Pero nos queda el trayecto entre el principio y el final. En ese trayecto, además de Dios y de nosotros, los principales protagonistas de cada historia personal, intervienen otras personas, otras libertades, otras circunstancias, diversos acontecimientos sociales y personales…

El cristianismo no es solamente una « buena noticia », una comunicación de contenidos desconocidos… El mensaje cristiano no era sólo « informativo », sino « performativo ». Eso significa que el Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva. –Spe Salvi 2-

Y que podemos decir en cuanto al servicio que todos estamos llamados a realizar… -Agustín cita en su carta a Proba- El Salmo 144 [143],15: « Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor ». Y continúa: « Para que podamos formar parte de este pueblo y llegar [...] a vivir con Dios eternamente, ‘‘el precepto tiene por objeto el amor, que brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera'' (1 Tm 1,5) ». Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un « pueblo » y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este « nosotros ». Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrados en el propio « yo », porque sólo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios. -Spe Salvi 14-